viernes, 16 de diciembre de 2016

HOJAS SECAS

...........y uno sabe que no hay nada en esta hoja seca malabar virtual. Un folio estúpido que resume estupideces.
Elegí las palabras antes que un croissant de cincuenta céntimos, este es el precio vertiginoso de mi escrito.
La lengua se retuerce en la enfermedad, mejor no decir que procede a la caída de defensas, es necesario para mi ego escribir, no escribir, publicitar en una mierda de blog lo que casi nadie lee, o cuando leen  hacen sentirme el más desafortunado de los escritores sin nombre.
La calle retuerce a personas sin código de barras. Los hay a miles entre cartones y mantas que reparte la cruz roja. Todos son desdentados igual que yo. A todos les gusta el vino, igual que a mí. Santos bebedores. Rififafes de la vida. Hablo, expongo a Melville y en los comedores sociales pocos entienden lo que expongo. En realidad nada digo, estoy fuera de ese lugar, bastante tiene con la porquería que les ha tocado vivir. Calle, rincones, frío, muerte paulatina de neuronas en torno a miserias personales.
Aquí ando bajo la luvia de los desheredados. Sin comida y con alcohol. En occidente es fácil el alcohol. Anestesia, aniquila, el alcohol es todo un espectáculo que nace en las clases altas y parece o acontece en las clase bajas. El caso es que las clases, eso que la línea neoliberal afirma, sostiene y repite no existen, marcan su diferencia en torno a la toxicidad y la pobreza.
No es lo mismo un  pijo alcoholizado, cocainizado, que un paria ebrio, borracho de mierda según cánones.
y uno sabe que no hay nada en esta hoja seca malabar virtual. Un folio estúpido que resume estupideces.
En el banco de cualquier avenida central, logran taparse con una manta algunos. Y después andar kilómetro hasta el comedor. Y la sopa con pelotas, carne picada, o los macarrones, plato social. Anda el mundo enrededor, no podría ser de otro modo. El mundo cristiano apostólico rinde cuentas en la caridad, no en la justicia social. El político, el mundo político, rinde cuentas en pautas de  paz social de agentes determinados por una constitución ajena la constitucionalidad. Puta basura.
La sociedad fragmentada mira cada una a un lado produciendo mucha más fragmentación.
Hablo con desdentados igual que yo: Las filas de la insurrección han emanando espontáneas cuando las causas han sido determinantes.
Y me piden un trago de vino porque no saben, o no se atreven, o no confían, o están hastiados.
Los demás, el mundo óptimo, circula en torno a televisión o informaciones  absurdas en facebook o
redes constantes y contaminadas de control.
La calle retuerce a personas sin código de barras. Los hay a cientos entre cartones y mantas que reparte la cruz roja. Todos son desdentados igual que yo. A todos les gusta el vino, igual que a mí. Santos bebedores. Rififafes de la vida, tonterías de alienados constantes. Nadie sabe ni quiere saber nada.
Llueve. Llueve lluvia y llueve hambre. Llueve tabaco, vil nicotina. Llueve angustia por el amor. Llueve a cachos desamor. Llueve en los desposeídos del primer mundo. Llueve vino. Llueve navidad cargada de mierda dosificada. Llueve tenacidad en la pobreza.
Elegí las palabras antes que un croissant de cincuenta céntimos, este es el precio vertiginoso de mi escrito.
Y no se lo leí a nadie. Y marché a las filas de la legión de los desarraigados, de los sin dientes, del culmen proletariado desheredado agarrado a las filas literarias de los imposibles.
Y el amor se me escurría entre los dedos, cuestión de tiempo, el amor líquido que no aguantará más que lo necesario en torno a la miseria.
y uno sabe que no hay nada en esta hoja seca malabar virtual.



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