jueves, 8 de diciembre de 2016

PIEZAS DE GUERRILLA LITERARIA

Qué revuelo de memoria. Una sudadera de lana en la almohada y el dulce olor a cuello de la persona querida: ......'El náufrago llegó al islote absolutamente exhausto. En el camino, desde la balsa que hacía aguas hasta la orilla llena de caracolas, tuvo que apartar con piernas y manos a muchos tiburones. De hecho, el roce con sus pieles de lija le produjo quemaduras. Sin respiración, agotado, alcanzó el promontorio que, como una joroba, destacaba en el centro. Desde allí, norte y sur, este y oeste sin vegetación, arisco, sólo el viento de poniente batiendo las supuestas rocas volcánicas. Apenas cincuenta metros de diámetro, un lamparón en medio del océano. ¿Y ahora qué?, se preguntó.
El náufrago, sin remisión, sentado sobre una piedra lisa, imaginaba el cruel destino que le esperaba. A media noche notó movimientos. Crujidos, aspavientos. Retumbaban las olas rabiosas. Y, sin más, con el corazón a punto de estallar, se dio cuenta que estaba en la cima de un caparazón gigantesco de tortuga...'
Qué disparate, una tortuga gigante durmiendo en medio del océano, una tortuga boba, residual, hija del tiempo de los enormes gestos, cuando los animales poblaban y dominaban el orbe y los hombres, apenas homínidos, saltaban desde las ramas a las canoas envueltos en trajes siderales......que disparate, naos, seres mitológicos......
 Hum, esto es irreal, su cuello sobre la lana de la prenda, no se mueve, asoma una oreja delicada, lóbulo con sabor a sal.... 
Que revuelo de memoria. Cuantos cadáveres en el camino, cuanta miseria, exilio, cárceles, torturas, cuanta injusticia histórica enterrada en las cunetas de los borbones. Endogámicos, millonarios, herederos de dios, (uno grande y libre). Prefiero hablaros de las pequeñas obras que descubro entre renglones perdidos, joyas literarias que acabarán de despareciendo porque nadie tiene cuidado en guardárselas dentro del corazón. Mira, miren, tomen, vean, sientan... es García Lorca extraño y cejijunto paseando por la séptima avenida al lado de la muerte: 'El filósofo se iba del cerco de sus discípulos. La tarde levantaba su tienda de seda y todo el cielo parecía cubierto por una finísima cáscara de cebolla. Sócrates vio una luciérnaga. Sócrates oyó un sapo. Sócrates vio una mariposa enorme hacia el sur... y una culebrilla roja le iluminó todo el pecho, como un hachazo de sangre, como una llaga reflejada..... Luego se perdió en la avenida de los vientos.'La avenida de los vientos de Federico García es la avenida de los vientos de la historia adulterada. Felipe VI de borbón y no se cuantas podredumbres más. ¿Y las piezas literarias?, ¿quedaron para nada?, la cibernética se las tragó?, ¿las redes internáuticas?, ¿el cuento de la interactividad?, ¿satanás disfrazado de avatar social?...... el cuello de la persona amada se mueve como un ala de mariposa. En el aire se levanta un perfume delicado y nuevo......

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